Joyas con destino a Surámerica: Guía de 3 diseñadoras top

México, Colombia y Venezuela son el escenario de este vibrante «mapa» sudamericano de joyería, influenciado por la naturaleza y la artesanía

Por: Federica Frosini Vo+ Magazine

Las mentes creativas detrás de todo pertenecen a tres jóvenes diseñadores que dan vida a la identidad de sus respectivos países de origen con creaciones de joyería fina y de moda: Daniela Villegas, Mónica Sordo, Mercedes Salazar.  

DANIELA VILLEGAS: México

  «Una extensión de sí misma». Así define Daniela Villegas su trabajo. Como observadora cercana y ardiente amante de la naturaleza, a menudo toma prestado algo de los «habitantes» de la naturaleza, como alas de escarabajo o plumas de puercoespín, así como elementos orgánicos, como plumas, conchas, guijarros y madera. Todo siempre en una valiosa combinación con el oro en todas sus declinaciones cromáticas y piedras preciosas y semipreciosas, el resultado de un estudio minucioso sin dejar nada al azar. Entre sus últimas colecciones se encuentra «Jurassic Park», un homenaje al 25 aniversario de la famosa película.

  MERCEDES SALAZAR: Colombia

«La artesanía como arte, los viajes como descubrimiento, la espiritualidad como camino, Colombia como principio.» Las raíces colombianas de Mercedes Salazar son tangibles tanto en términos de materiales (pieles, botones, paja, materiales reciclados) como de la relación que la vincula con lo local. comunidades que están ocupadas haciendo artesanía sus joyas. La comunidad Wayyú en Guajira hace el crochet; el Zenù en Córdoba teje paja, el Nariño teje palma iraca mientras que la palma werregue es tejida por Chocò. Un esfuerzo social que ha llevado a más de 300 puntos de venta en todo el mundo.

  MONICA SORDO:  Venezuela 

Se llama «Mochima» y es la última colección de Mónica Sordo. «Un soplo creativo en el flujo constante de ideas e inspiraciones, para observarlo y analizarlo más de cerca». El resultado es una colección más personal, estrechamente conectada y cercana a sus raíces venezolanas y al entorno en el que toma forma la creatividad de Mónica. Y es debido a un estudio en profundidad de las Islas Rodeadas de Christo y Jeanne Claude, un proyecto realizado en 1983, que Mónica decidió dar su propia interpretación personal de las islas de los dos artistas fusionándolas en la visión de su artista y los orígenes venezolanos.


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