Fabrizio Buonamassa: Maestría de la proporción

La sapiencia y la calma van de la mano del enigmático Chief Watch Designer de Bvlgari, quien nos compartió su visión y estética del diseño dentro del mercado del lujo.

Por: Jennifer Albornoz Figueras

El legado de la simbología y las complicaciones relojeras usualmente tienen detrás a una mente brillante, quien la mayoría de las veces, es el verdadero artífice de la magia plasmada en cada pieza digna de colección. Tal es el caso de Fabrizio Buonamassa Stigliani, Chief Watch Designer de Bvlgari, un apasionado del diseño, los vehículos de lujo y la cultura italiana.

Nacido en Nápoles en 1971, estudió diseño industrial en el Instituto de Artes Industriales de Roma, allí exploró las raíces y la filosofía del arte italiano, aprendió a agudizar su mirada más allá de las apariencias de la estética en los objetos individuales. Su primera experiencia laboral fue en el Centro de Estilo Fiat en Turín, el Director de Diseño de esta empresa lo invitó a trabajar en su tesis de graduación durante seis meses. Al cumplirse el período estimado, Fabrizio ocuparía una posición dentro de la empresa, justo el día de su cumpleaños, el 21 de diciembre de 1998.

En 2001, impulsado por el deseo de crear relojes, envió algunos de sus bocetos al Centro de Diseño de Bvlgari en Roma. Tiempo después, el mismísimo Paolo Bvlgari, CEO y creativo de la marca, lo invitó a Roma para unirse al equipo de diseño de guardatiempos. Ambos sintieron una gran admiración mutua, puesto que compartían el gusto por los relojes y los automóviles de colección. De allí surgió inmediatamente una amistad que permanece intacta en el tiempo.

Su desempeño dentro de la compañía fue impecable, se mantuvo en la búsqueda de la reinterpretación de la herencia estilística y cultura de la marca. Motivo que lo hizo un candidato ideal para ocupar el cargo de Director del Centro de Diseño de Relojes de Bvlgari. Desde 2007, cumple una misión muy bien delimitada: incorporar elementos del ADN de la firma, traduciéndolos a un lenguaje contemporáneo en sintonía con su legado. Para llevar a cabo este leit motiv, Fabricio decidió trasladar el Centro de Diseño a Neuchâtel, en Suiza con el fin de estar más cerca del corazón de la relojería.

Cuando diseñas, ¿tu visión es más estética o tecnológica?

Como creativo pienso constantemente que los productos deben innovar los signos típicos de la marca, es decir crear productos que todavía no existen. Esto parte de la comprensión de las necesidades visibles y ocultas en los clientes. Al tratar de imaginar cómo van a utilizar las piezas que estamos diseñando, allí está la verdadera clave. Los códigos estéticos y la tecnología son importantes por igual, debido a que cada reloj está diseñado para ofrecer la meticulosa precisión suiza y la innovación de la creatividad italiana. Una mezcla de tradiciones que llevan su experiencia al pináculo del lujo.

¿Cuál movimiento artístico te inspira?

El diseño industrial. Recordemos que este movimiento -como lo conocemos en la actualidad-, nació en la Revolución Industrial, en él se entremezclaba la disciplina de crear y vestir un producto. Los diseñadores italianos se han enfocado, a lo largo de los años, en el desarrollo de esta disciplina; uniéndola con la estética y elevándola a una forma de arte. Por otro lado, el sentido innato de proporción y de buen gusto, han hecho de los italianos ser grandes diseñadores, porque somos capaces de innovar y crear nuevos tipos de productos, además de educar a los consumidores en las distintas formas de usar una pieza. La innovación, el sentido de proporción, el uso de las restricciones como un elemento tipológico y estético, son elementos típicos en los cuales giran nuestros proyectos de diseño italiano.

Bajo su perspectiva, ¿cuál ha sido la mayor contribución de Bvlgari en la industria actual relojera?

Sin lugar a dudas, los mejores movimientos de alta relojería se producen en Suiza, e Italia domina el mundo con su estilo y diseño. Tenemos una firma única que ofrece lo mejor de ambos mundos: los mejores movimientos de la alta relojería fabricados en Suiza, los cuales son presentados con una estética atemporal moderna italiana. Hoy por hoy, la firma se atreve a aceptar los mayores desafíos en la relojería -complicaciones ultra -, y rompe los registros de consumo de las marcas tradicionales de Suiza, con relojes que se han convertido en íconos de la era moderna.

 

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