Eva Hughes: El balance es la libertad del tiempo

A sus 43 años de edad, la fundadora de Adira Consulting dirige podcasts en Eva Talks, asesora a marcas consolidadas y trabaja de la mano del prestigioso Instituto Marangoni.

Por:  Jennifer Albornoz Figueras /   Fotografías: Fernando Marroquin

 

Con tan solo mirar fijamente a Eva Hughes se te viene a la mente el allure de una era dorada. Su elocuencia y gentileza -tan características- la hacen única, dentro de un medio demandante, como lo es el de las comunicaciones impresas y digitales. De figura espigada y muy elegante, esta originaria de San Sebastián, una hermosa ciudad situada al norte de España, se mudó a Estados Unidos para especializarse en el área de negocios. Con más de 20 años de trayectoria profesional ha sabido ganarse un sitial en Latinoamérica y el mundo. En 2002, Condé Nast la nombró jefa de redacción de Vogue Latin America, luego en 2012  se trasladó a la Ciudad de México para convertirse en CEO de Condé Nast México y América Latina.

A lo largo de su gestión, Eva supo imprimirle a este emporio editorial un nuevo ADN mucho más cercano al talento y a la audiencia latinoamericana. Sin duda, su paso por Condé Nast marcó un antes y un después, de esos que no pueden ser ignorados, por el contrario siempre serán admirados.

Estuviste en Condé Nast por más de 15 años ¿cuál fue el momento preciso en que decidiste emprender con Adira Consulting?

Me encanta construir proyectos y hacer cosas diferentes, además de apoyar talentos a través de mis cualidades. Le debo muchísimo a mi equipo de trabajo.    Tuve la fortuna de trabajar con personas sumamente talentosas y también hacerlo en solitario. La diferencia de trabajar en una compañía y en tu emprendimiento es que en una empresa puedes dejar tu toque y sello personal. Tu gestión está amparada bajo el paraguas de una corporación y tu luz  ilumina a alguien más. Cuando estás en solitario esa luz la diriges tú. Puedes estar a cargo de todo lo que sucede. La responsabilidad y el mind set es mucho más grande.

¿Podría decirse que este emprendimiento te dio libertad?

La responsabilidad dentro de un trabajo o un emprendimiento es algo que nunca va a estar asociada a la libertad. Si la descifras como hago lo que quiero cuando quiero. Esta es una interpretación errónea de la libertad.  En mi nueva etapa, la libertad me permite volver a tener la oportunidad de pensar, reflexionar sobre lo que me rodea y cómo debo hacer las cosas. Me ofrece un mejor balance. Tener la libertad de tomar mejores decisiones. Siempre hay que tener responsabilidad con las personas que son parte de tu entorno, quienes trabajan contigo y a las que entrevistas. Cuanto más estás dentro de una organización, menos libertad tienes para hacer las cosas, si algo sale bien te van a aplaudir y si algo sale mal, la responsabilidad va a recaer en ti. En esta nueva etapa de mi vida la búsqueda del balance es la libertad del tiempo.

¿Cuál es el momento que más atesoras en tu trayectoria?

El día que fui nombrada CEO de Condé Nast. Fue un reconocimiento muy bonito. Si alguien me hubiese preguntado a los 24 años de edad, -cuando era editora de una revista local de Miami-, si me veía siendo CEO sin haber estudiado Business administration, mi respuesta habría sido: ¡Eso suena a película de fantasía!

¿Cómo defines el rol de una mujer en el campo editorial?

El tema de género nunca me ha parecido que sea una diferencia entre hombres y mujeres. Siempre he buscado el talento por encima del género. Mis equipos de trabajo siempre han sido balanceados. Las mujeres debemos trabajar por igual, pienso que allí está el empoderamiento, porque debes trabajar con los mejores de una industria.

¿Cómo ha sido tu escritorio en las distintas etapas de tu vida?

¡Vaya qué buena pregunta! En el inicio yo tenía un escritorio muy pequeño, tenía una computadora muy pequeña y hacía el trabajo de al menos diez personas. Era muy organizada. Viéndolos en retrospectiva todos han sido muy ordenados. La clave del éxito no es lo que tengas sino cómo lo tienes organizado y que tengas todo a la mano. Para mí el mayor orden debe estar en tu mente.

¿Te consideras autocomplaciente?

Para nada. El hecho que tenga proyectos propios no significa que baje la guardia. Me reto constantemente a hacer las cosas bien. Me gusta ver qué puedo mejorar. Me cuestiono constantemente. Tengo mis inseguridades y mis miedos. La diferencia con mi pasado es que hoy la prioridad es el balance y la prioridad es no castigarme.

¿Podrías hablarnos de Eva Talks, cómo surgió y por qué decidiste emprender en el campo de la comunicación digital?

Muchos me habían dicho que tengo una voz encantadora. Mi hermano me recomendó que explorara nuevas tecnologías. Él ya había hecho un podcast. Al analizar bien la idea, pensé que era una forma de mantenerme vigente en la generación de contenido y en el área creativa. Cuando decidí emprender con este nuevo proyecto, me di cuenta que había entrevistado a tantas personas talentosas, pero no los había conocido más a fondo. Con Eva Talks tengo la oportunidad de conocerlos más de cerca. Tengo la fortuna que las personas se abran conmigo. Este emprendimiento digital me permite descubrir nuevos talentos sin importar si eres una diseñadora o un CEO.

¿Evolucionarás a otras plataformas audiovisuales?

Por supuesto, voy a llevar Eva Talks a vídeo. Mi audiencia me ha pedido que incursione en ello. Estoy trabajando arduamente en este nuevo paso. Es una gran responsabilidad mejorar todo lo que haces.

 

 

Eva, profundidad mítica

 

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¡Mi celular! Además de mis lentes de leer.

Una joya o reloj que tenga un significado especial para ti

El reloj brazalete Serpenti de Bvlgari en oro rosado que me regaló mi mamá cuando me convertí en CEO.

Para ti ¿cómo debe ser un editor?

Debe ser una persona muy creativa y con una gran capacidad de hacer networking. Debe tener clara una estrategia que defina bien a su consumidor y a su anunciante.

 

 

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