El Birkin de Hermès (el de los 10 millones)
El valor del afamado accesorio creado demuestra el poder de una leyenda y su capacidad para despertar el deseo de los coleccionistas
Por Juanma Galván
Pocos viajes tan extraños como el del bolso Birkin: de una bolsa para el mareo en un avión a ser uno de los objetos más deseados. Todos conocemos la historia, que ocurrió a bordo de un vuelo entre París y Londres allá por 1984: la actriz y cantante inglesa Jane Birkin se sienta al lado de quien fuera el gerente de Hermès hasta 2006, Jean-Louis Dumas. En un momento dado se le caen sus pertenencias, las cuales llevaba en un cesto. Una vez más comprueba que no es capaz de lidiar con todas las cosas que necesita llevar con ella, y se lamenta ante Dumas de que no encuentra un bolso que le ofrezca comodidad. Él le dibuja un boceto en la bolsa para el vómito: rectangular, amplio y flexible, tan práctico que hasta tiene un compartimento para los teteros.
Meses más tarde, el bolso Birkin ve la luz. La actriz lo recibe en 1985, y lo usa hasta 1994. Recibiría otros cuatro más, pero este primero se convierte en todo un objeto de culto, hasta el punto de consolidarse el pasado 10 de julio como el bolso más caro jamás subastado: ¡10,1 millones de dólares!

Pujaron por él nueve coleccionistas. La subasta fue en Sotheby’s, un acontecimiento seguido con expectación del que salió vencedor un coleccionista japonés. El precio puede sorprender, pero tiene un sentido. Así lo cree Morgane Halimi, directora global de bolsos y moda de la casa de subastas: “Es una demostración del poder de una leyenda y su capacidad para despertar la pasión y el deseo de los coleccionistas, que buscan artículos excepcionales con una procedencia única”.
El Birkin original es un objeto único. En la solapa delantera se pueden ver las iniciales de Jane Birkin, la correa es fija, las cremalleras las hizo un fabricante distinto al habitual, el tamaño es algo diferente y tiene restos de unas calcomanías de UNICEF y Médicos del Mundo, entidades con las que colaboraba. Estuvo en poder de la actriz hasta 1994, cuando lo donó a una subasta en pro de la lucha contra el SIDA.

Después el bolso fue comprado por Catherine Benier, propietaria de una tienda de lujo en París, quien lo conservó durante un cuarto de siglo. Fue ella quien lo subastó de nuevo, ya como “obra de arte” digna de tan afamados museos, alcanzando esos diez impactantes millones de dólares (el récord anterior estaba en algo más de 500.000 dólares, cantidad por la que se vendió un Kelly Retourne 28 de cocodrilo nilótico blanco del Himalaya con diamantes).

¿Cómo es posible que un bolso haya logrado venderse por semejante cantidad? Hay varias razones. La primera hace referencia al producto en sí: se confecciona totalmente a mano con “un cuero tradicional poco común y de características especiales”, según cuenta la marca en su web.
La segunda razón tiene que ver con la oferta y la demanda: para lucir un Birkin no basta con tener el dinero suficiente, acercarse a una tienda y comprarlo. Es necesario apuntarse en una exclusiva lista de espera a la que solo se accede si el comprador (a) tiene un amplio historial como cliente de Hermès.
No podemos dejar de mencionar su significado como “santo grial” del lujo y como parte de la cultura popular. Ha colgado de los brazos de celebridades como Jennifer López o Victoria Beckham, y lo hemos visto en series y películas.

Un bolso Birkin nuevo se puede adquirir a partir de 10.000 dólares, aunque ciertas ediciones limitadas pueden alcanzar los 100.000 dólares. Merece la pena: tiene una rentabilidad de un 14% de promedio anual en los últimos cinco años. Es decir, 4 puntos más que las acciones del S&P 500 o el oro. En el mercado secundario, su valor puede llegar a duplicarse. De hecho, en las últimas dos décadas el valor del Birkin ha aumentado en un 500%.
Es decir, invertir en un bolso Birkin -y en los de alguna otra marca, como Chanel o Louis Vuitton- se ha convertido hoy en una buena operación financiera. Los bolsos están entre los objetos coleccionables menos volátiles, y además sirven para prevenir los efectos de la inflación, que en los últimos años ha preocupado a los inversores.
Jane Birkin murió en 2023 con 76 años. Poco antes, en una entrevista con la periodista Christiane Amanpour, dijo que probablemente sería más recordada por inspirar este bolso que por su vida artística. “Cuando esté muerta posiblemente solo se hablará del bolso”, profetizó.
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