Dior libera el alma de toda opresión corporal en su propuesta Ready to Wear

 Maria Grazia Chiuri directora creativa de Dior  demostró a través de su colección Ready to Wear Spring Summer 2021 que nuestra relación con la moda ha cambiado durante la pandemia, y posiblemente nos ha hecho más individualistas. 

 

 

El mundo ha cambiado y consigo todo vestigio estético de opulencia excesiva, la moda ha recreado un nuevo diálogo en el cual la individualidad, comodidad y autenticidad son la santísima trinidad de una era que jamás será igual. Nuestra relación con la moda cedió a una línea diferente de pensamiento: lo realmente perdurable es cómo te sientes contigo mismo. “Tuvimos que abordar esta colección con una idea más de diseño. Vivimos de una manera diferente y nos quedamos más en casa dentro de nuestra intimidad. Nuestra ropa tiene que reflejar este nuevo estilo de vida «, reflexionó María Grazia desde París.

El cambio y la soltura de las anclas de lo material fusionó una línea de pensamiento que la impulsó a pasar de la famosa chaqueta Bar de la maison, «construida en el cuerpo», a la menos conocida y más indulgente Diopaletot, que Christian Dior esbozó para un espectáculo en Japón en 1967. El redescubrimiento la motivó a ser más próxima a la figura femenina.

 

Precisamente, las piezas fluidas y la transfiguración del tándem chaqueta-camisa-pantalón inspiró a María Grazia a desarrollar un relato visual, afianzado en chaquetas estampadas, vestidos de encaje espumosos y faldas.

“Durante mucho tiempo, hubo un momento en la moda en el que la ropa tenía que dialogar con otras personas, para expresar tu opinión a otras personas. En este momento, creo que se trata más de una relación personal con nosotros mismos «, reflexionó Chiuri.

 

Detrás de la inspiración

Los hallazgos de Chiuri la llevaron de regreso a su Italia natal, que, a diferencia de los salones formales franceses, ha adoptado  un enfoque de la moda menos fantástico y más realista.  Al redescubrir el trabajo de la artista Lucia Marcucci, le pidió a la directora Alina Marazzi que hiciera una película sobre ella. El filme fue proyectado en línea antes del espectáculo, cuyo plató estaba rodeado por los collages retro de Marcucci interpretados en las vidrieras de las ventanas de la catedral. El diseñador de sonido Michel Gaubert reclutó a un grupo llamado Roseblood para interpretar Sangu di Rose, una pieza temperamental del siglo XIX en la que las mujeres cantan sobre su recién descubierta falta de limitación, después de que sus maridos fueron enviados a prisión. Chiuri dijo que quería «darle a este momento digital un momento humano» mostrando solo las voces de las mujeres.

 

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Una oda al alma

 

Presentada a una audiencia socialmente distanciada en una tienda de campaña en el Jardin des Tuileries, su colección  representó el sentimiento del momento: comodidad y evolución. Lo diáfano transmutó a la elegancia, como si se tratase de una metáfora, una crisálida ocre creció y extendió sus alas multicolor, luego de un proceso de metamorfosis. Así podríamos definir el hilo conductor entre los looks que presentó María Grazi Chiuri.

 

 

 

 

 

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