Chopard, joyas que brotan como diamantes del Jardín de Kalahari

Una flor extraordinaria llena de fortunas brotó en tierra árida, un diamante excepcional, de color perfecto dotado con una hermosura radiante.

 Fotografías cortesía de la marca Modelo: Catrinel Marlon

 

Una flor extraordinaria llena de fortunas brotó en tierra árida, un diamante excepcional de 342 quilates, de color perfecto dotado con una hermosura pura y radiante. Este encontró su mejor vocación en un asombroso conjunto de 23 diamantes que hace alarde de su origen, en cuyo corazón palpitante, suscita contemplación por los tesoros naturales. Puede sonar metafórica pero así es la historia de la colección de alta joyería de la maison llamada: El Jardín de Kalahari. Su construcción fue desarrollada durante un año por los artesanos de la firma bajo el ojo acucioso de Caroline Scheufele.

El alma creativa de Chopard, Caroline Scheufele, construyó alrededor de estas cinco piedras, una trama audaz, danzante de símbolos bucólicos y figurativos. A través de sus ojos, el brillante corte brillante de 50 quilates se convierte en un girasol, el corazón de 26 quilates forma un movimiento suave y la pera de 25 quilates forma una regia flor.

La pieza central de esta colección palpita suavemente cerca del corazón de su portador. El collar del Jardín del Kalahari es testigo del ingenio y el espíritu lúdico de Chopard. Este modelo se interpreta juguetonamente en cuatro variaciones, la primera es una preciosa y moderna gargantilla que se puede usar sola. Un mecanismo totalmente invisible, lo que significa, que puede ser separado en el centro y adornado con una flor exquisita para formar una versión más sofisticada.

Para completar la colección, el conjunto tiene dos anillos de los cuales uno lleva el diamante de 20 quilates de corte de cojín; y por supuesto un reloj secreto asombroso. Los diamantes en forma de corazón y en forma de pera se pueden usar unidos a los pendientes, creando así un espectacular conjunto que coincide con el collar. Los pendientes también se pueden usar sin los diamantes en forma de corazón y pera, para una versión más discreta.

Caroline ha construido en torno a estas cinco piedras una red audaz y danzante de símbolos poéticos y metafóricos. Puedes detallar sobre estas líneas, una pulsera adornada con dos diamantes de corte esmeralda elaborada en torno a la idea de un encaje de joyería, un guipur de diamantes con un luminoso motivo tallado.

Esta transformación, fruto de la imaginación fértil de Caroline Scheufele, vuelve a testificar en torno a la vocación artística y el savoir-faire de Chopard. Esta transfiguración de la piedra áspera al modelo de la joyería terminada fue posible gracias a las habilidades técnicas de los artesanos de la firma de alta joyería.

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