Los exclusivos bolsos joya de Buccellati rescatan una rica herencia de diseño

La maison de alta joyería reinterpreta los delicados bolsos de terciopelo creados por Mario Buccellati en los años 20 y 30, combinando artesanía exquisita con piedras preciosas.

La fascinación por los bolsos joya comenzó para Mario Buccellati, fundador de la icónica casa italiana de alta joyería y orfebrería, en la década de 1920. En aquella época, el diseñador transformó un accesorio humilde en una verdadera obra de arte, combinando terciopelo y seda oriental con broches ornamentados que adquirieron el estatus de joyas en sí mismos. Sus bolsos de noche rápidamente se convirtieron en un símbolo de sofisticación y un capítulo memorable en la historia estética de la maison.

Hoy, Buccellati vuelve a mirar hacia ese legado con el lanzamiento de tres nuevos bolsos bordados en seda y terciopelo, adornados con piedras preciosas y fieles al espíritu de los diseños originales. “Se inspiran en los modelos que Mario creó en los años 20, que luego mi padre, Gianmaria, reinterpretó con formas más geométricas para el mercado estadounidense”, explica Andrea Buccellati, presidente y director creativo de la firma. “La inspiración actual proviene directamente de aquellas piezas del pasado, reimaginando un clásico atemporal.”

Cada bolso refleja una atención meticulosa al detalle y una maestría artesanal que se manifiesta en costuras suaves, líneas fluidas y una armonía visual perfectamente calculada. “El secreto para mantener este equilibrio está en el profundo conocimiento de las técnicas artesanales tradicionales”, añade Buccellati. “Esto nos permite explotar al máximo el potencial de los materiales y procesos, creando formas complejas pero coherentes. Cada acabado, cada costura, cada elemento decorativo debe elaborarse con absoluta precisión y cuidado.”

El resultado son piezas que unen historia, lujo y contemporaneidad en un formato elegante y funcional. En estas creaciones, la maison demuestra cómo el legado, la experimentación y la artesanía colaboran para dar vida a objetos de deseo que trascienden el tiempo.