
El alma punk y sofisticada de la joyería francesa
Desde París, Rainbow K dinamita los códigos de la joyería clásica para reinventarla con actitud. Su propuesta no se conforma con el brillo tradicional: fusiona lo vintage con lo contemporáneo, lo sofisticado con un punk elegante que desafía convenciones. Fundada en 2019 por Kelia Toledano y Kelly Souied, dos amigas de infancia criadas en el emblemático XVI distrito de la capital francesa, la maison se ha convertido en una de las voces más disruptivas y deseadas de la joyería actual.
POR: JENNIFER ALBORNOZ FIGUERAS @JENN_ALBORNOZ
Fotografías: Cortesía de la marca
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La historia de Rainbow K es la de un encuentro inevitable. Dos amigas de infancia, Kelia Toledano y Kelly Souied, crecieron puerta con puerta en París, unidas primero por la vida y luego por una obsesión compartida: la joyería. Aunque sus primeros pasos profesionales transcurrieron por caminos racionales —la economía, las finanzas, la arquitectura—, la pasión por la moda, las piedras y las formas fue más fuerte que cualquier cálculo.
Kelia aportó su mirada de arquitecta y creadora de prêt-à-porter; Kelly, su rigor como economista y gemóloga formada en el Israel Diamond Exchange. Juntas fundaron en 2019 Rainbow K, una maison que combina el refinamiento francés con una rebeldía sofisticada, reinventando lo vintage con un espíritu punk-chic.
Sus piezas, ya reconocidas en la escena internacional, se distinguen por anillos perforados de doble aro, collares medaille con acentos arquitectónicos y joyas genderless que desdibujan las fronteras entre lo clásico y lo contemporáneo. Cada colección es una declaración de libertad creativa, una invitación a portar la elegancia con actitud.
En esta entrevista exclusiva para Velvet, Kelia y Kelly revelan los símbolos, memorias y emociones que dan vida a una firma que hoy se impone como uno de los nombres imprescindibles de la joyería contemporánea.
¿Qué simboliza para ustedes el número 17, en lo personal o lo creativo?
El diecisiete evoca intuición, instinto y el momento perfecto. Es ese instante preciso en el que sabes que debes dar un salto sin pensarlo demasiado. En la creación sucede lo mismo: cuando dejamos que la emoción guíe, nacen nuestras piezas más significativas.
¿Cuál fue ese recuerdo que marcó la transición de coleccionistas a diseñadoras?Todo comenzó con una pulsera antigua que encontramos en un mercadillo. Era cruda, inusual, casi imperfecta, pero tenía alma. Ese día nos miramos y pensamos: ¿y si creamos piezas que hablen así? Que cuenten una historia a primera vista.
¿Cómo transforman una inspiración vintage en algo nuevo y actual?
Siempre parte de un detalle: una curva, un broche, una mezcla de oro. Algo preciso e instintivo que nos atrapa. Luego lo deconstruimos, lo replanteamos. La idea es conservar el alma del pasado, pero infundirle nuestra energía contemporánea: más libre, más audaz, más directa. El resultado nunca se parece a nada existente, pero guarda una memoria, una actitud.
¿Cómo definen el estilo parisino dentro de la alta joyería?
Es elegancia sin esfuerzo. Discreta, pero siempre segura. En joyería se refleja en líneas limpias, contrastes sutiles y una audacia medida: nunca demasiado, siempre lo justo.
En su opinión, ¿qué convierte a una joya en un ícono?
Que sea reconocible al instante y posea una identidad fuerte. Un diseño poderoso, equilibrado y con ese “alma extra” que la hace única. Una pieza icónica es aquella de la que nunca te cansas: atemporal y, al mismo tiempo, conectada con el presente.
¿Hay un espíritu punk detrás de Rainbow K?
Absolutamente. Es un punk chic, sutil, pero está ahí. Se manifiesta en la forma en que rompemos las reglas, mezclamos estilos y desafiamos convenciones.
¿Qué pieza personal usan con más frecuencia y qué significa para ustedes?
Kelia: el anillo Drop Alliance, que diseñé para mi séptimo aniversario de bodas. Tiene siete aros, uno por cada año. Encierra emoción personal y universal. Se convirtió en un bestseller: con alma vintage, pero con actitud roquera gracias a sus diamantes en forma de lágrima flotantes. Una alianza reinventada y llena de carácter.
Kelly: el anillo Empress, la primera creación de Rainbow K. Es especial porque me remonta a los inicios de la marca, cuando todo era un sueño. Con piedras preciosas en corte baguette, pavé completo de diamantes y una estructura audaz, fue nuestro primer sello. Hoy sigue siendo un ícono y un símbolo de nuestra visión de joyería fina.
¿Qué sigue para Rainbow K?
Una colección aún más atrevida: un viaje de formas, materiales e influencias inesperadas. También trabajamos en piezas exclusivas para destinos icónicos… y en proyectos emocionantes que pronto revelaremos.